sábado, agosto 02, 2008

Ljubljana - Bled



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Dice mi guía de Eslovenia que Bled es una postal y realmente es así o, si preferís, una de aquellas imágenes típicas de esos puzzles con miles de piezas que todos hemos hecho alguna vez.




Se llega desde Ljubljana por autopista, aunque esta se corta o enlentece a menudo por obras de reparación o por tramos todavía en construcción. Eslovenia es un país joven y aun quedan muchas cosas por hacer a nivel de infraestructuras para olvidar su pasado comunista.

Pasamos por Kranj, un poco por accidente. Es una de las ciudades más grandes de Eslovenia pero sin nada relevante que ver, o nosotros no lo encontramos, de hecho nos limitamos a atravesarla y nada nos indujo a pararnos.

La entrada en Bled es una bonita y larga bajada en la que se intuyen ya los Alpes Julianos al fondo. Lo primero que aprecias al llegar, es que aquí sí que está desarrollada la industria turística, de hecho ya lo estaba desde principios del siglo pasado cuando era lugar de veraneo de la clase alta incluso nobleza europea.




Nuestro hostel, Vila Victoria tiene, a juicio de uno de mis compañeros de viaje, el aspecto de la casa de la familia Adams. Quizás sea cierto pero está ubicada en una zona privilegiada, en primera línea de lago, al lado de la ciudad, con parquing propio y gratis, jardín y solarium y justo al lado del Luge d'eté de la zona al que no subimos por falta de tiempo pero que promete.




Las habitaciones, una triple (90€ los tres) tampoco están nada mal, teníamos una con baño pero también hay con baño compartido, más baratas. El servicio es otra cosa. Solo hay una chica que viene cuando quiere. La tuvimos que esperar más de una hora para pagar el día de nuestra marcha, y si, como nos pasó, se te acaba el papel higiénico, lo has de robar de los baños compartidos, si tienen. Hay un numero de teléfono para llamarla y gracias.
Tampoco hay internet, hay que ir al Tourist Information, donde puedes navegar 15' o más si no hay gente, cosa bastante difícil.
Para terminar con el hotel hay que decir que nos tenía una agradable sorpresa reservada. Al formar parte de una cadena hoteles de lujo y no tener apenas servicio, el desayuno, lo hacen la cafetería de la Vila Preseren, un hotel de 4 estrellas, situada en una terracita a los pies del castillo y a 10 metros del lago. Es uno de los recuerdos del viaje. Nuestros magníficos desayunos en Vila Preseren (150€ la doble).


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De Bled podemos decir que es un pequeño centro de vacaciones estival e invernal situado junto a un precioso lago en cuyo interior hay una isla con una capilla, la de la Asunción de Maria Peregrina. Al fondo están los Alpes Julianos, con montañas de más de 2000 metros y, dominando el lago, un castillo situado sobre un risco. Como decía al principio, de postal.


Se puede ir a la isla en unas embarcaciones típicas llamadas "pletnas", para varias personas, con remero, o bien alquilar tu mismo una barca (entre 8-12€ la hora) y darte el placer de remar por estas tranquilas aguas.



Dar la vuelta al lago parando en la isla puede llevarte entre 1 y 2 horas, según tus fuerzas y el tiempo que pases en la isla.
En la isla hay un embarcadero con anillas para dejar tu barca y mucha gente aprovecha para bañarse aquí ya que no cubre.



Se puede visitar la iglesia y su museo, pagando (8€). Nosotros miramos un poco desde fuera y no nos llamó demasiado la atención., así que no entramos. Luego nos enteramos que se puede subir al campanario. Quizás la vista pueda valer la pena.



Del embarcadero a la capilla hay una escalera de 99 escalones.

Es tradición en las bodas que el novio la suba cargando a la novia y que la novia no hable nada durante este trayecto, las interpretaciones jocosas y políticamente incorrectas os las dejo a vosotros.



Os recomiendo, como nosotros, coger la barca a ultimas horas de la tarde, cierran a las 8, y disfrutar de la placidez de una de esas largas puestas de sol veraniegas en el lago. Hay bastantes mosquitos pero no nos molestaron.


Al final del lago, en el otro extremo de la ciudad hay un camping, con una playa justo a la lado donde también se pueden alquilar barcas, estas con con un cisne supongo que "romántico" en la proa y que parece muy buena opción para los que tengan un presupuesto más ajustado. Desconozco si hay bungalows.



En el resto del lago hay diferentes zonas de baño, aunque mucha gente va un poco por libre y se baña donde puede. El agua está limpia y llena de peces, algunos de tamaño considerable, lo que da una idea de la salubridad de estas aguas.


Al castillo de Bled se accede por un camino bastante empinado desde el lago o por carretera, que es lo que descubres cuando llegas arriba sin aliento.



La entrada cuesta 8€ precio bastante estandar aquí, pero a partir de las 8 de la noche es gratis. Hay algunos museos interesantes sobre la geología y restos arqueológicos de la zona. También hay una vinacoteca que llevaba un fraile, tiendas de souvenirs y un restaurante con vistas majestuosas sobre el lago. La ultima noche cenamos aquí, platos bastante especiales a la carta por unos 30€ de media como mínimo. Es mejor comer que cenar porque por la noche no se ve ni el menú (teníamos que acercarnos al simulacro de antorcha que ponían junto a cada mesa) y los platos a duras penas. Las fotos nocturnas desde aquí tampoco valen la pena.

La noche en Bled es turística pero tranquila. Durante el verano hay diferentes festivales musicales, nosotros coincidimos con uno de música étnica. Los precios de los restaurantes son más caros, al nivel casi de Barcelona, pero puedes comer bien por unos 20-25€, si es pizzería bastante menos.

Por ultimo apuntar que el campanario de Bled suena a las 7 de la mañana, pero no creáis que da 7 campanadas, yo conté unas 140, parece que se queme el pueblo. Si has de dormir con la ventana abierta porque tu hostel, como el nuestro, no tiene aire acondicionado, es una "bonita" forma de despertarse temprano.