jueves, agosto 07, 2008

Maribor - Postojna - Predjama - Koper

Día de viaje, de Maribor a Koper. Por el camino, las cuevas de Postojna, el castillo de Predjama y finalmente Koper, junto al mar Adríatico. Para ello atravesaremos Eslovenia en diagonal de Este a Oeste.


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Así pues nos ponemos en marcha temprano y nos dirigimos en primer lugar a Postojna, famosa por sus cuevas de más de 20 kms de largo a las que se accede en tren. Se encuentra en la región del Karst, que engloba el noroeste de Italia y el Oeste de Eslovenia y Croacia, y da nombre a un tipo de relieve llamado Karstico y que se caracteriza precisamente por la multitud de cuevas que produce al estar formado por rocas compuestas por minerales solubles en agua.
Explotada desde 1820 se ha convertido en un gran centro turístico que recibe miles de visitantes al año. Se entra en grupos multinacionales muy numerosos, a los que se repite constantemente la cantinela de "no fotos" y que pasan constante y clamorosamente de ello. Los grupos son tan grandes que, a pesar que se divide por idiomas, el guía es incapaz de controlarlos a todos, especialmente los que van a cola del grupo.


La temperatura es muy baja, de unos 6 grados, de modo que hay que ir bastante abrigados. En este aspecto las diversidad humana se pone también de manifiesto. Hay los que van equipados para el polo norte y alguno que va en mangas de camisa y pantalones cortos.
El interior es impresionante y el viaje en tren divertido, aunque la masificación lo estropea un poco. Al salir te hacen fotos y si te apetece las puedes comprar de recuerdo (12 € creo por foto). La entrada tampoco es barata aunque puedes comprar un pack que te incluye, nuestra siguiente etapa, el castillo de Predjama.


Al castillo de Predjama llegamos a través de una carretera estrecha y llena de curvas. está muy cerca de Postojna, unos 20 kms, y su nombre, Predjama Grad viene a significar "Castillo en una cueva.
Esta sobre un precipicio de 120m aunque quien haya ido viendo las postales, incluso mis fotos, se sentirá un poco decepcionado cuando lo vea. Es más pequeño de lo que aparenta.
Tiene una historia curiosa en lo que respecta a sus dueños. El más famoso de los cuales, una tal Erasmus, puso en jaque al enmperador atacando las vias de comercio que pasaban por la zona en dirección a Trieste y protegiéndose en el castillo cuando el emperador enviaba a apresarlo. Pero el se burlaba de los asedios invitando a los soldados a comida fresca que conseguía a través de las cuevas que partían del castillo. Finalmente, fue traicinado por un sirviente que indicó con una luz a los soldados la posición de Erasmus que había ido a aliviarse a una de las letrinas que estaban en el exterior del castillo y estos lo mataron a cañonazos.


Al lado del castillo hay un restaurante en el cual se puede comer bien a un precio razonable y también se pueden hacer excursiones a las cuevas del castillo previo alquiler de la entrada y la equipación adecuada.
Después de comer marchamos ya hacia Koper. El paisaje iba cambiando y siendo cada vez más mediterráneo con la cercanía del mar. Antes de llegar aún vimos el anuncio de otras cuevas, más grandes que las de Postojna y a las que se entra mucho más equipado, con hay zonas que recorren zodiac. Supongo que con muchos menos turistas.
Koper es con un fuerte sabor italiano. De hecho las calles están en los dos idiomas y fue durante muchos años veneciana y luego italiana.
Su nombre italiano es Capodistria, Capital de Istria. Nos alojamos en el hotel Vodisek (24€ por persona la doble), situado a las afueras del casco antiguo, al que llegabamos caminando en 5-10 minutos. Las habitaciones sencillas pero decentes y un solo pc para navegar por internet para todos los clientes y por el que peleabamos a brazo partido con un grupo de indonesios, quizas trabajadores de la zona, que lo copaban para ver videos de lucha oriental.
Koper es pequeño y se puede recorrer tranquilamente paseando en pocos minutos. De nuestro hotel a la plaza de los pretores, la más bonita de la ciudad de un preciso estilo veneciano apenas hay 10 minutos.


Junto a ella está el típico campanile al que subimos con las pocas fuerzas que nos quedaban después de un largo día de viaje, y donde disfrutamos de un preciosa puesta de sol en compañía de un grupo de jovencitos italianos que luego nos fuimos encontrando continuamente por toda la ciudad.




En ella, aparte de las campanas había una preciosa rosa de los vientos y que en su época habría sido de una inestimable utilidad.


En esta zona la fama se la lleva Piran (hasta los topoes de turistas), pero elegir Koper como base de operaciones fue una buena decisión.


Después del bajar del campanile nos fuimos hasta el puerto, muy animado, con actuaciones de bandas de música juveniles y disfrutamos de una tranquila noche de verano en el adriático, llena de chiringuitos y gente que aprovechaba estas horas para pasear y refrescarse del calor diurno.


Los helados son medio italianos y por tanto buenísimos y muy baratos. Así que un buen helado y vuelta al hotel a través de la estrecha y preciosa calle Cevijarska (Cevijarska Ulica), hasta las murallas y una de las puerta de la ciudad y a nuestro hotel.

miércoles, agosto 06, 2008

Maribor - Kranj - Celje - Ptuj - Maribor


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El día empieza mal, rematadamente mal. A las 5 de la mañana Ana recibe la noticia de una desgracia familiar y tiene que volver a casa. La llevamos desde Maribor a Krnajk para que pueda coger un avión y por suerte conseguimos un enlace.
De vuelta hacia Maribor, cansados y un poco aturdidos todavía, decidimos hacer las excursiones previstas para ese día. La primera parada será Celje.
Celje es la tercera ciudad de Eslovenia por número de habitantes aunque a nosotros se nos antojo pequeña, tiene un casco antiguo coqueto, también pequeño, con su catedral, un monasterio capuchino y un castillo.

Iglesia de San Daniel, del siglo XIV, una de los edificios más antiguos de Celje. Vista desde la plaza Glavni (Glavni trg)


De entrada no nos gustó mucho aunque las circunstancias del día pueden haber tenido bastante que ver.


El casco antiguo se ve muy rápidamente, era día de mercado y había bastante animación por la zona. El casco antiguo termina junto al río, al otro lado nos encontramos con el monasterio capuchino.


No pudimos entrar asi que, despues de una visita al Celje Hall donde está el tourist information, nos dirijimos en coche hacia el castillo que es quizás lo más bonito del lugar.


El castillo está en plena reconstrucción. Me recuerda al de Ljubljana la primera vez que lo vi, así que valdrá la pena visitarlo dentro de 4 o 5 años.




Lo más destacable es la vista de la ciudad desde el castillo. Rodeada por dos ríos, se extiende a la largo de un amplio valle.



Seguimos el camino hasta Ptuj, una de las ciudades más antiguas de Eslovenia. Conocida desde la edad de piedra y muy importante en época romana. Conserva su caracter medieval con su castillo y murallas. Tras alguna que otra vuelta de más por carreteras comarcales, llegamos a la ciudad a mediodía bajo un sol de justicia.
A nivel fotográfico las mejores tomas creo que están desde fuera de la ciudad, con la vista del castillo, el río Drava que también pasa por aquí y la muralla.

Nuestra visita fue breve. Aparcamos junto al mercado, pasamos junto a la iglesia de St. George del siglo XV y la torre de la ciudad del Siglo XVI y fuimos a parar a la Slovenski Trg, el corazon del casco viejo.


En el Tourist nos recomendaron la subida (bastante empinada) al castillo y eso hicimos. Una vez arriba nos encontramos que cobraban y bastante para entrar en cualquier estancia y, como no parecía muy interesante, nos limitamos a recorrer el patio y bajamos al pueblo. Comimos en un restaurante en la plaza Mestni, frente al ayuntamiento, de estilo neogótico bastante bonito, paseamos un poco y emprendimos el regreso.


Tengo la sensación, después de ver toda la documentación, que no aprovechamos la visita. Hay varias iglesias y monasterios y también numeros castillos en los alrededores que quizá valga la pena visitar. Os recomendamos su web de turismo para más información.


La vuelta la hicimos por la ruta ambar, marcada como turística en nuestro mapa, pero la verdad es que a parte de una carretera muy revirada y estrecha y pueblos sin ningún atractivo destacable no nos pareció nada especial.

De nuevo en Maribor por la noche, encontramos por fin algunos locales nocturnos abiertos, básicamente vinacotecas, aunque como escondidos y desperdigados, eso sí, bastante concurridos. Coincidimos con el final de algun partido de futbol y el regreso de la gente del estadio, que fue bastante tranquilos. Luego asistimos a unas peligrosas carreras de motos por pleno centro peatonal por parte de adolescentes que no sabemos si son normal o eso fue algo esporádico.

martes, agosto 05, 2008

Bled-Maribor


El día siguiente amanece un poco nublado. Camino de nuestro ultimo desayuno en Vila Preseren aprovechamos para hacer las ultimas fotos de bled con esta luz y cielo diferentes. El Castillo está especialmente dramático con el cielo plomizo.


Podríamos hacer cada día las mismas fotos de Bled, cosa que casi he hecho, y son todas diferentes.


El lago está muy tranquilo a esta hora y es una maravilla contemplarlo. También se nota un poco el cansancio de la excursion del día anterior y estamos más aplatanados quizás por el hecho de marchar de ésta región tan bonita. Somos conscientes de que hemos visto lo más bonito de Eslovenia al principio de nuestro recorrido y esperamos que el resto no nos sepa a poco.



De vuelta al hotel, abandonado como siempre y más hoy que es domingo, hemos de esperar más de una hora para que venga alguien y podamos pagarle y marchar. No les funciona ni la impresora y no nos pueden dar ningun recibo. Un desastre aunque solo para dormir y desayunar está más que bien

El recorrido de Bled a Maribor es practicamente todo por autopista, y aunque está a unos 300 kms se hace bastante rapido. Hay peajes pero sólo para los camiones, el resto, con la viñeta, no hace falta que pare en las casetas. Atravesamos la parte más llana de Eslovenia y el paisaje es un poco monótono, aunque los pueblos que se ven desde la autopista parecen bastante bonitos.


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Maribor es la segunda ciudad de Eslovenia y fue fundada junto al río Drava hacia el siglo XII.
Su espacio más representativo es la plaza principal, en la que se encuentra, como en otras muchas ciudades centroeuropeas, la columna de la Plaga, el monumento en conmemoración del final de la plaga de la peste que asoló la ciudad en el siglo XVII y se llevó a un tercio de sus habitantes.



En dicha columna se hallan represntadas las fuerzas vivas de la ciudad, entre ellas el obispo Slomsek y el general Rudolf Maister, liberador de la ciudad.

Nos alojamos en el hotel Orel que consta de dos partes. La de lujo, con el precio acorde y la del hostel, bastante más cutre, pero muy funcional. Curiosamente la habitacion individual cuesta igual que la doble así cogimos tres individuales. La experiencia indica que, tras varios días de viaje en los que estas junto las 24 horas, un poco de espacio privado se agradece. Además siempre está opción de juntarnos todos en una habitación cuando queramos.

El hotel está practicamente en el centro y hay que entrar en la zona peatonal marcando un codigo para que baje un pivote. Esto fue causa de no pocos cómicos problemas aunque no fuimos los únicos ya otro se llevo medio pivote.


La habitaciones del hostel no tienen aire acondicionado, de modo que en agosto debes dormir con la ventana abierta. De esta manera tienes el privilegio de comprobar que si en Bled, tocaban 140 campanadas a las 7 de la mañana, en Maribor, las campanas de la catedral, muy cerca del hotel, llegan hasta las 200 (las conté) a la misma hora.

La comida sigue siendo muy barata, al menos en las pizzerías. Los helados también son muy recomendables, por precio y cantidad.


La ciudad la encontramos sosa, quizás lo más bonito sea el Lent, el antiguo puerto fluvial donde se concentraba el comercio del vino y se cobraban los peajes sobre el trasporte por el río.


En el Lent se encuentran dos enormes torreones que parecen delimitar y defender el puerto y junto a uno de ellos se encuentra la que se considera la viña, emparrada, más antigua del mundo (eso al menos dicen ellos), con más de 400 años y que aun da uvas.


También tiene su propia personalidad, el puente viejo, el Stari Most, construído entre 1906 y 1912 y considerado como uno de los más hermosos puentes del imperio Austro-Húngaro.


Paseando por la otra orilla del Drava llegamos a la Iglesia de San José (St. Joseph) construída de 1675 a 1681 en accion de gracias por el cese de la peste y que era lugar de peregrinación.


Las vistas más bonitas de la ciudad son precisamente desde esta orilla opuesta, sobre todo las puestas de sol. Es quizás la otra imagen típica de Maribor, aunque hay que decir que en ésta orilla, la gente y los barrios que ves no tienen un aspecto muy tranquilizador.


Justo a ambos lados del río hay caminos por los que es muy habitual ver gente corriendo o paseando en bici. Pere alquiló una y se dió un paseo tremendo. Las bicis tampoco eran caras y se podían alquilar tanto en el hotel como en el Tourist Information.



Para rematar la jornada buscamos un punto alto desde donde contemplar una buena vista nocturna de la ciudad. Tenemos dos opciones, ir a las pista de esquí, pero están fuera de la ciudad, al otro lado del río, y la combinación no parece muy clara o subir a una de las dos colinas gemelas, mucho más cercanas, en un extremo de la ciudad, Kalvarius y Piramida. Optamos por está última y, tras atravesar un precioso viñedo que ocupa toda la ladera de la montaña y que muestran inequívocamente el caracter vinícola de la región, llegamos a la cima donde hay una pequeña ermita iluminada con la ciudad a nuestros pies.


El camino no siempre está iluminado y no está demás una linterna si lo haces de noche, aunque esto no parece importar a los muchos corredores que nos encontramos por el camino.

lunes, agosto 04, 2008

Bled-Bovec-Bled (Parque Nacional de Triglav)


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La etapa de hoy es de recorrido. La idea es hacer parte de la ruta Esmeralda llegando hasta Bovec pero volviendo por Austria e Italia.
Salimos de Bled dirección a Kranjska Gora por nacional y autopista. Nos pasamos la salida de la autopista y ya enfilabamos hacia Austria, cuando vimos una salida lateral de emergencia "para los turistas despistados" y conseguimos volver a la nacional.
Mientras íbamos camino de Kranjska Gora, llegamos a Mojstrana y recordé de pronto una de esas informaciones que recojes de gente que conoces durante el viaje y que nos sugerían desviarnos aquí y tomar lo que resultó ser la entrada al parque nacional del Triglav. Casi nos la pasamos pero al final nos metimos en una pequeña carretera, atravesamos el pueblo y tiramos sin rumbo fijo hacia el parque.
La carretera, muy estrecha, tiene fuertes rampas por las que puedes ver a muchos ciclistas sufriendo de verdad, varios incluso bajan y las suben a pie. No sé los porcentajes pero son tremendos. Un auténtico rompepiernas.
A mitad de recorrido hay un pequeño parking. Primera parada y bocas abiertas. A la derecha de la carretera se ve una cascada que deja pálida a la de Savica, y además esta es gratis. Es la cascada de Pericnik. Está situada en lo que queda de un antiguo valle glaciar por donde ahora pasa el río Vrata, en la cara Norte de los Alpes Julianos y del Triglav hacia la que nos dirigíamos.




Subimos por el camino hasta los pies mismos de la cascada, ni rejas ni tikets. El camino seguía hacia arriba pero nosotros iniciamos el descenso. Hicimos mal. El camino llega justo hasta donde empieza la cascada y la vista debe de ser espectacular, ya que parece ser que hay salto previo de 16 metros antes de este último de 52 metros que es el que podéis ver.




No os la perdáis, nosotros tendremos que espera a otro viaje.
El camino sigue, con tramos de asfalto y tramos de tierras, curvas y rampas, ideal para un todo terreno aunque nuestro fiat lo hace sin problemas, hasta llegar a otro parquing, este enorme y aquí ya hay que pagar para dejarlo. Seguimos el camino y este se abre para proporcionarnos una fantástica vista del corazón del parque.




Hay un hotel en construcción, la cabaña de información y souvenirs y una pequeña y curiosa capilla. Hay postes con rutas para hacer a pie y nosotros escogemos la más corta, de 20 minutos que nos lleva a los pies mismos de la cara Norte del Gran Triglav. Carteles indicadores muestran las diferentes vías por las que se puede escalar.




Nosotros no somos escaladores y justo acabamos de empezar la jornada, de modo que volvemos sobre nuestros pasos y volvemos a tomar la carretera por la que siguen sufriendo numerosos cicloturistas que no saben muy bien donde se han metido o simplemente han equivocado el modo de acceso. Hay que tener muy buenas piernas para hacerlos 20 kms aproximadamente que tiene este acceso al parque.

Kranjska Gora es un típico pueblo alpino. Situado al fondo del valle es el punto de partida para a sus famosas pistas de esquí y supongo que un montón de actividades alpinas.



También es el punto de partida de la recientemente rebautizada como Russian Road o carretera rusa, en honor de los más de 10.000 prisioneros rusos que los austríacos emplearon en su construcción durante primera guerra mundial, entre 1915 y 1916, buscando un acceso rápido al frente del Valle del Soca, al otro lado del paso de Vrsic.




Es un carretera llena de curvas, en concreto 26 de subida, mayormente adoquinadas y de 180 grados, y 24 de bajada en forma de U hacia el valle del rio soca, todo ello con fantásticas vistas de los Alpes Julianos, y el paso de Vršič de 1600 metros, que las une.
A 21 Kms de la ascensión desde Kranjska Gora, nos encontramos con la Russian Chapel, construída en 1917 por los prisioneros rusos para honrar a los compañeros que cayeron durante la construcción de la misma, especialmente tras un alud que se llevó por delante a cerca de 300 prisioneros y también muchos guardia. El número exacto de víctimas nunca fue establecido.



Subiendo hacia el paso de Vrsic hay muchos descansos para contemplar la majestuosidad de la cara Norte del Triglav. Las vistas son espectaculares.




En una de estas paradas podemos ver la Ajdovska deklica o cara de una doncella en la roca. Dice la leyenda que las doncellas Ajdovska predecían la suerte de la gente de Kranjska Gora en el momento de su naciemiento. También les decían cuando debían de plantar sus cosechas para que fueran más fructiferas y que hierbas debían comer si enfermaban. Pero una vez, una de ellas predijo que el hijo de un cazador mataría al GoldenHorn, una gamuza o cabra salvaje de los alpes que tenía los cuernos de oro y que era practicamente invulnerable (en inglés). Cuando la profecía se cumplío, las demas doncellas se enfadaron y se marcharon no sin antes castigarla convirtiéndola en roca.




El paso de Vrsic, une los valles de los ríos Sava y Soca. La vista es fantástica y aunque suele hacer bastante frío y viento es recomendable hacer una parada para ver la grandiosidad del valle de Soca.




La bajada al valle del río Soca es menos espectacular que la del Sava en cuanto a montañas se refiere. Aquí lo bonito son las vistas del valle o la vista del Paso de Vrsic desde alguna de las áreas panorámicas que hay a lo largo de la carretera.



El valle del río Soca es verde y más estrecho que el del otro lado. Las montañas no son tan espectaculares, aunque son también preciosas.



El río soca, nace en la cara oeste del Triglav, es de un azul turquesa muy bonito, más intenso en las zonas donde se acumula un poco de agua. Hay caminos paralelos a su cauce, muy pequeño en esta zona, aunque habría que verlo en invierno.



En esta zona el cauce es tan estrecho que se ha tendido un puente de colgante entre un extremo y el otro.




Llegamos a Bovec bajo la lluvia. Bovec es una buena base de operaciones para todo tipo de actividades de montaña, un poco al estilo de Kranjska Gora pero con menos fama. El pueblo está donde el río soca Soca sale de entre las montañas y se un ancho valle. La vista hacia el lugar de donde venimos es muy bonita.

Pasado Bovec y para no volver por la misma ruta, atravesamos una revirada carretera de montala, muy bonita que nos lleva hasta Italia y al lago del Predil, donde vemos gente haciendo acampada libre y haciendo canotaje. El lago es precioso, rodeado de montañas y muy tranquilo.



Seguimos adelante y al llegar a Tarvisio nos desviamos de nuevo hacia Eslovenia y el valle donde está Kranjska Gora completando el círculo y volviendo de nuevo a Bled donde habíamos reservado una cena el el castillo. No lo recomiendo por los platos, con poca variedad y muy especiales, por el precio y porque de noche la vista no vale nada si no hay luna. Es mucho mejor ir a comer o a merendar.

domingo, agosto 03, 2008

Bled - Lago de Bohinj - Bled



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El lago de Bohinj está tan solo a unos 18 kilómetros de Bled pero es completamente diferente. Más alargado y grande es tan bonito o más que el de Bled pero menos turístico, aunque de ahí a salvaje hay un buen trecho.


Eso es lo que nos habían dicho y cuando llegamos, un domingo a mediodía, en plena competición de triathlon o similar, aquello parecían las ramblas un sábado. Aún así, el núcleo de población es muy pequeño (Ribcev Laz ya que el pueblo de Bohinj no está junto al lago) y está en un extremo del lago, junto a la iglesia. En el resto del lago lo más que se encuentran son campings y la carretera lo bordea tan solo por uno de sus lados.
El pueblo de Ribcev Laz es muy pequeño y en el se concentran buena parte de los servicios turísticos que ofrece el lago, sitios para bañarse, alquiler de canoas, alquiler de mountain bikes, paseo en barco a motor que aquí, curiosamente si están permitidos y el típico trenecito turístico. También hay unos cuantos caminos para recorrer de 1 a varias horas.


En este extremo lo único destacable es su iglesia, que aparece en todas las postales y que no vereis porque accidentalmente borre las fotos que hice al llegar a pueblo. Afortunadamente fueron muy pocas.
A mitad de camino entre un extremo y otro del lago se haya para lo mejor de la zona, el teleférico al monte Vogel, con unos desnivel de unos 1300 metros, la vista que nos espera arriba es espectacular.


Abajo podemos ver el lago de Bohinj en toda su extensión, de un azul profundo, y en frente tenemos una fantástica vista de los Alpes Julianos con el Triglav entre ellos, montañas de casi 3000 metros. Uno no puede menos que quedarse como Pere, extasiado ante semejante vista. La foto no se prepraró, estaba así.


En la cima hay también muchos caminos para los que quieran hacer excursiones por la carena. También se puede coger el telesilla y subir más arriba, hacia las pistas de sky que hay en la cima. El recorrido no está mal pero las vistas están justo junto al funicular.


Aquí es necesario ir un poco abrigado, al menos una chaqueta, aunque sea verano. Si no acabas pasando frío.
En el otro extremo del lago tenemos la cascada del río Savica.



Han puesto un caseta y cobran por subir a verla, unos 8€, el precio estándar. El camino es bonito pero la cascada es un poquito pobre, tan solo el color de las aguas donde se acumula, en la base, vale la pena.


De vuelta a Ribcev Laz, rematamos el día dando un paseo con el trenecito, a una velocidad temeraria por una carretera llena de baches mientras Pere haciendo Mountain Bike.
El recorrido, salvo una incursión en el camping, fue exactamente el mismo que habíamos hecho con el coche, allí descubrimos que no se podía dar la vuelta al lago.
Para rematar, que mejor que un baño es las aguas fresquitas, que no frías, del lago,


y ver los últimos rayos de sol que dejaban pasar las montañas.