martes, enero 06, 2009

Koper - Izola - Piran - Seca - Koper

El plan de hoy es recorrer la poca costa que tiene Eslovenia. Iremos a las ciudades que nos parecen más interesantes aparte de Koper: Izola y sobre todo la más famosa y fotografiada, Piran.


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Izola está tan sólo 12 kms de Koper. Se puede hacer tranquilamente en bicicleta bordeando la costa. En muchos tramos hay incluso carril bici. El problema está cuando la carretera no puede seguir la costa y tiene que salvar duras colinas.
Izola, Isola en italiano, es una pequeña maravilla. Tiene casi 15.000 htes, y su nombre viene la palabra isla, que es lo que fue en un principio.
Su historia está acorde con las demas poblaciones de la zona, colonizada por los romanos, perteneció a Venecia en la Edad Media y fue asolada por la peste en el siglo XVI. Ocupada por los franceses en el siglo XIX, que destrozaron sus murallas y las usaron como relleno para unirla a tierra firme.
Su casco antiguo es muy pequeño pero precioso. Se haya en un pequeño montículo en cuya cima encontramos las iglesia de San Mauro, muy rica y con una sacristía con un pequeño museo de objetos sagrados y ornamentales, que una aburrida guía estuvo encantada de enseñarnos. Construída en 1356, tomó su aspecto actual en 1547, aunque ha tenido otras muchas reconstrucciones posteriores. Su interior combina el Renacimiento con el Barroco y cabe destacar su precioso órgano (1796) y sus excepcionales pinturas del siglo XV. Consta también de una torre separada (1585), de estilo gótico y unos 30 metros de altura y que fue contruída en piedra de Istria
A pesar de su tamaño, está llena de iglesias, nosotros sólo visitamos esta y creo que la acertamos. Si alguien va con más tiempo quizás sería recomendable hacer un recorrido más exaustivo. La información la encontraréis en este link, en inglés y en italiano.
Pero lo que me gustó más fue el caracter italiano clásico, y que me perdonen los eslovenos, de sus calles. Cunple todos mis tópicos de un pequeño pueblo italiano, con sus calles estrechas, el color de sus casas, la ropa tendida y, a pesar de su situación apenas vi turistas, sólo unos pocos en el puerto. Me encantó.
De Izola a Piran hay también apenas 10 kms, pero ahora ya nos metemos por el interior y ya no es tan divertido para hacerlo en bicicleta o, como mínimo, hay que estar en buena forma para hacerlo.
La carretera preciosa, encajonada entre arboles que la envolvían como un tunel verde.
Piran viene del griego pyr y significa fuego, haciendo referencia a las hogueras encendidas del antiguo faro de la ciudad.
Conocida desde el siglo VII a.C. fue conquistada por los romanos hacia el 177 a.C. Pertenció al imperio Bizantino, a los francos, a Venecia (s. XIII), a Austria (s. XVIII-XIX) a Francia (S.XIX), a Italia tras la primera guerra mundial y a Eslovenia tras la segunda Al igual que en Koper, los nombres de las calles están en italiano y esloveno, y la influencia italiana es abrumadora.
En Piran no se puede entrar en coche, sólo los residentes pueden hacerlo. El resto lo hemos de dejar en un enorme parquing de pago a las afueras. Aquí si que hay turistas porque el parquing estaba a rebosar.
El camino hacia la ciudad es bonito siguiendo la playa. Son apenas 5 minutos y están llenas ya de gente bañándose. Poco a poco va apareciendo la silueta de Pirán que, ¡Oh!, no se parece en nada a la de las fotografías, de las postales, que han sido hechas desde el mar. Aun así es precioso.
Un producto típico de la zona y muy apreciado en toda Eslovenia es su sal. Un poco más abajo de Piran, en seca hay unas grandes salinas de se obtiene al parecer una sal de excelente calidad porque se encuentra, envasada en saquitos, en las tiendas de souvenirs de todo el pais, incluso vimos tiensas especializadas en sal en Ljubljana.
Lo más bonito de Piran, dejando de lado la vista desde el mar es su enorme e irregular plaza dedicada a Giuseppte Tartini genial compositor y músico de violín (1692-1770), cuya estatua se alza en uno de sus extremos.
Tras atravesar esta maravillosa plaza nos dirigimos a la iglesia de San Jorge, patrón de la ciudad y que domina ésta y su campanile del siglo XVII. En la iglesia no conseguimos entrar pero el campanile merce la pena porque desde él se ven las mejores vistas de la ciudad, incluído un increíble mar azul.