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La etapa de hoy es de recorrido. La idea es hacer parte de la ruta Esmeralda llegando hasta Bovec pero volviendo por Austria e Italia.
Salimos de Bled dirección a Kranjska Gora por nacional y autopista. Nos pasamos la salida de la autopista y ya enfilabamos hacia Austria, cuando vimos una salida lateral de emergencia "para los turistas despistados" y conseguimos volver a la nacional.
Mientras íbamos camino de Kranjska Gora, llegamos a Mojstrana y recordé de pronto una de esas informaciones que recojes de gente que conoces durante el viaje y que nos sugerían desviarnos aquí y tomar lo que resultó ser la entrada al parque nacional del Triglav. Casi nos la pasamos pero al final nos metimos en una pequeña carretera, atravesamos el pueblo y tiramos sin rumbo fijo hacia el parque.
La carretera, muy estrecha, tiene fuertes rampas por las que puedes ver a muchos ciclistas sufriendo de verdad, varios incluso bajan y las suben a pie. No sé los porcentajes pero son tremendos. Un auténtico rompepiernas.
A mitad de recorrido hay un pequeño parking. Primera parada y bocas abiertas. A la derecha de la carretera se ve una cascada que deja pálida a la de Savica, y además esta es gratis. Es la cascada de Pericnik. Está situada en lo que queda de un antiguo valle glaciar por donde ahora pasa el río Vrata, en la cara Norte de los Alpes Julianos y del Triglav hacia la que nos dirigíamos.
Subimos por el camino hasta los pies mismos de la cascada, ni rejas ni tikets. El camino seguía hacia arriba pero nosotros iniciamos el descenso. Hicimos mal. El camino llega justo hasta donde empieza la cascada y la vista debe de ser espectacular, ya que parece ser que hay salto previo de 16 metros antes de este último de 52 metros que es el que podéis ver.
No os la perdáis, nosotros tendremos que espera a otro viaje.
El camino sigue, con tramos de asfalto y tramos de tierras, curvas y rampas, ideal para un todo terreno aunque nuestro fiat lo hace sin problemas, hasta llegar a otro parquing, este enorme y aquí ya hay que pagar para dejarlo. Seguimos el camino y este se abre para proporcionarnos una fantástica vista del corazón del parque.
Hay un hotel en construcción, la cabaña de información y souvenirs y una pequeña y curiosa capilla. Hay postes con rutas para hacer a pie y nosotros escogemos la más corta, de 20 minutos que nos lleva a los pies mismos de la cara Norte del Gran Triglav. Carteles indicadores muestran las diferentes vías por las que se puede escalar.
Nosotros no somos escaladores y justo acabamos de empezar la jornada, de modo que volvemos sobre nuestros pasos y volvemos a tomar la carretera por la que siguen sufriendo numerosos cicloturistas que no saben muy bien donde se han metido o simplemente han equivocado el modo de acceso. Hay que tener muy buenas piernas para hacerlos 20 kms aproximadamente que tiene este acceso al parque.
Kranjska Gora es un típico pueblo alpino. Situado al fondo del valle es el punto de partida para a sus famosas pistas de esquí y supongo que un montón de actividades alpinas.
También es el punto de partida de la recientemente rebautizada como Russian Road o carretera rusa, en honor de los más de 10.000 prisioneros rusos que los austríacos emplearon en su construcción durante primera guerra mundial, entre 1915 y 1916, buscando un acceso rápido al frente del Valle del Soca, al otro lado del paso de Vrsic.
Es un carretera llena de curvas, en concreto 26 de subida, mayormente adoquinadas y de 180 grados, y 24 de bajada en forma de U hacia el valle del rio soca, todo ello con fantásticas vistas de los Alpes Julianos, y el paso de Vršič de 1600 metros, que las une.
A 21 Kms de la ascensión desde Kranjska Gora, nos encontramos con la Russian Chapel, construída en 1917 por los prisioneros rusos para honrar a los compañeros que cayeron durante la construcción de la misma, especialmente tras un alud que se llevó por delante a cerca de 300 prisioneros y también muchos guardia. El número exacto de víctimas nunca fue establecido.
Subiendo hacia el paso de Vrsic hay muchos descansos para contemplar la majestuosidad de la cara Norte del Triglav. Las vistas son espectaculares.
En una de estas paradas podemos ver la Ajdovska deklica o cara de una doncella en la roca. Dice la leyenda que las doncellas Ajdovska predecían la suerte de la gente de Kranjska Gora en el momento de su naciemiento. También les decían cuando debían de plantar sus cosechas para que fueran más fructiferas y que hierbas debían comer si enfermaban. Pero una vez, una de ellas predijo que el hijo de un cazador mataría al GoldenHorn, una gamuza o cabra salvaje de los alpes que tenía los cuernos de oro y que era practicamente invulnerable (en inglés). Cuando la profecía se cumplío, las demas doncellas se enfadaron y se marcharon no sin antes castigarla convirtiéndola en roca.
El paso de Vrsic, une los valles de los ríos Sava y Soca. La vista es fantástica y aunque suele hacer bastante frío y viento es recomendable hacer una parada para ver la grandiosidad del valle de Soca.
La bajada al valle del río Soca es menos espectacular que la del Sava en cuanto a montañas se refiere. Aquí lo bonito son las vistas del valle o la vista del Paso de Vrsic desde alguna de las áreas panorámicas que hay a lo largo de la carretera.
El valle del río Soca es verde y más estrecho que el del otro lado. Las montañas no son tan espectaculares, aunque son también preciosas.
El río soca, nace en la cara oeste del Triglav, es de un azul turquesa muy bonito, más intenso en las zonas donde se acumula un poco de agua. Hay caminos paralelos a su cauce, muy pequeño en esta zona, aunque habría que verlo en invierno.
En esta zona el cauce es tan estrecho que se ha tendido un puente de colgante entre un extremo y el otro.
Llegamos a Bovec bajo la lluvia. Bovec es una buena base de operaciones para todo tipo de actividades de montaña, un poco al estilo de Kranjska Gora pero con menos fama. El pueblo está donde el río soca Soca sale de entre las montañas y se un ancho valle. La vista hacia el lugar de donde venimos es muy bonita.
Pasado Bovec y para no volver por la misma ruta, atravesamos una revirada carretera de montala, muy bonita que nos lleva hasta Italia y al lago del Predil, donde vemos gente haciendo acampada libre y haciendo canotaje. El lago es precioso, rodeado de montañas y muy tranquilo.
Seguimos adelante y al llegar a Tarvisio nos desviamos de nuevo hacia Eslovenia y el valle donde está Kranjska Gora completando el círculo y volviendo de nuevo a Bled donde habíamos reservado una cena el el castillo. No lo recomiendo por los platos, con poca variedad y muy especiales, por el precio y porque de noche la vista no vale nada si no hay luna. Es mucho mejor ir a comer o a merendar.
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