El lago de Bohinj está tan solo a unos 18 kilómetros de Bled pero es completamente diferente. Más alargado y grande es tan bonito o más que el de Bled pero menos turístico, aunque de ahí a salvaje hay un buen trecho.
Eso es lo que nos habían dicho y cuando llegamos, un domingo a mediodía, en plena competición de triathlon o similar, aquello parecían las ramblas un sábado. Aún así, el núcleo de población es muy pequeño (Ribcev Laz ya que el pueblo de Bohinj no está junto al lago) y está en un extremo del lago, junto a la iglesia. En el resto del lago lo más que se encuentran son campings y la carretera lo bordea tan solo por uno de sus lados.
El pueblo de Ribcev Laz es muy pequeño y en el se concentran buena parte de los servicios turísticos que ofrece el lago, sitios para bañarse, alquiler de canoas, alquiler de mountain bikes, paseo en barco a motor que aquí, curiosamente si están permitidos y el típico trenecito turístico. También hay unos cuantos caminos para recorrer de 1 a varias horas.
En este extremo lo único destacable es su iglesia, que aparece en todas las postales y que no vereis porque accidentalmente borre las fotos que hice al llegar a pueblo. Afortunadamente fueron muy pocas.
A mitad de camino entre un extremo y otro del lago se haya para lo mejor de la zona, el teleférico al monte Vogel, con unos desnivel de unos 1300 metros, la vista que nos espera arriba es espectacular.
Abajo podemos ver el lago de Bohinj en toda su extensión, de un azul profundo, y en frente tenemos una fantástica vista de los Alpes Julianos con el Triglav entre ellos, montañas de casi 3000 metros. Uno no puede menos que quedarse como Pere, extasiado ante semejante vista. La foto no se prepraró, estaba así.
En la cima hay también muchos caminos para los que quieran hacer excursiones por la carena. También se puede coger el telesilla y subir más arriba, hacia las pistas de sky que hay en la cima. El recorrido no está mal pero las vistas están justo junto al funicular.
Aquí es necesario ir un poco abrigado, al menos una chaqueta, aunque sea verano. Si no acabas pasando frío.
En el otro extremo del lago tenemos la cascada del río Savica.
Han puesto un caseta y cobran por subir a verla, unos 8€, el precio estándar. El camino es bonito pero la cascada es un poquito pobre, tan solo el color de las aguas donde se acumula, en la base, vale la pena.
De vuelta a Ribcev Laz, rematamos el día dando un paseo con el trenecito, a una velocidad temeraria por una carretera llena de baches mientras Pere haciendo Mountain Bike.
El recorrido, salvo una incursión en el camping, fue exactamente el mismo que habíamos hecho con el coche, allí descubrimos que no se podía dar la vuelta al lago.
Para rematar, que mejor que un baño es las aguas fresquitas, que no frías, del lago,
y ver los últimos rayos de sol que dejaban pasar las montañas.
1 comentario:
Saludos de BOHINJ - (Eslovenia)
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