2007 - Kuopio (Finlandia).
Al fundirse la nieve y el hielo de las calles, estas quedan durante unos pocos días con toneladas de la gravilla que han ido echando durante el invierno para evitar los resbalones de coches y personas. Llegué justo en ese momento en que aun no habían salido las máquinas a recogerlo. De modo que cada vez que pasaba un coche levantaba una polvareda espectacular que, en combinación con la puesta de sol, proporcionaba estas imágenes surrealistas
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