Ver Helsinki 2012 en un mapa más grande
Al final he viajado solo y he dormido bastante bien, cosa rara en mí en viajes en tren. Estaba agotado después de tanto trote en bus. La cama es de 2 metros o más de largo. Mi 1.80 cabe perfectamente y pruebo la ducha.
Aunque tiene mando de agua fría y caliente a mi me sale fría pero es igual. te deja como nuevo. Una maravilla.
Vuelvo a convertir la ducha en lavabo y empiezo a preparar las cosas. Tienes hasta 2 toallas, la de ducha y la de mano. Sólo falta wifi que no sería tan difícil ni tan descabellado para gente que viaja por negocios y quiere aprovechar el tiempo. Al menos algunos trenes de Austria lo tienen o me lo pareció. Y ya en plan cinco estrellas le puedes poner una tele (me he pasado).
Suena el despertado aunque, como siempre, ya me había despertado antes. Empieza suave y si no lo paras, muy poco poco va subiendo el volumen. De esta manera si te despiertas rapido puedes apagarlo y el compañero de cuarto ni se entera. Cada cama tiene su luz individual para no abrir la general. esto es nivel. eso sí, los finlandeses lo cuidan porque les gusta tenerlo así.
Nosotros, viendo como cuidamos los servicios públicos: los lavabos de las estaciones y bares, el bicing y otros muchos ejemplos, pienso que quizás no estemos preparados. Aquí más de uno se llevaría las toallas e incluso las almohadas. ¡Ah! ¡Y presumiría de ello! Somos un país de "listos" insolidarios. Es un problema de educación formal, la que nos dan en casa, la de un país en la que los padres a veces pegan a los maestros cuando tratan de hacer lo que ellos son incapaces de hacer. Aquí los mejores currículums van hacia la enseñanza ya que es una de las profesiones más valoradas a nivel social, y los mejores de estos currículums van a la enseñanza en sus fases más tempranas, la más importante
Estamos casi en Helsinki y aunque quedan restos de nieve, la tierra empieza a asomar ya la cabeza. este año la primavera llega con retraso.
Llegamos a Helsinki.
Cargo con los trastos y atravieso su preciosa estación de arquitectura rusa. Han elegido a uno de los 4 pétreos guardianes de la entrada como figura promocional de las trenes finlandeses.
Ya no funciona el termómetro que se veía al salir de la estación pero es igual, no hace frío. Voy andando hasta Alexanderinkatu, una de las vías más importantes de la ciudad y cojo el tram 4 dirección al Eurohostel. Billete 2,70€ por viaje, no está mal. Un día cuesta 7€ un día, lo que sale a cuenta si te mueves un poco. La memoria se activa. Reconozco el recorrido y bajo en la parada correcta. Helsinki es una ciudad amiga y el sentimiento de familiaridad es importante, es la ventaja de volver a los sitios.
Tengo suerte y, a pesar de que son las 9 de la mañana, la habitación ya está hecha y me dejan subir. Todo un detalle y no esta vez no haré comparaciones.
La habitación me deja frío. Estuve aquí en el 2009 y no lo recordaba así. Teníamos TV y era mucho más bonita y acogedora. Tengo de enterarme que ha pasado. De hecho, hace bueno al Forenom Hotel. Voy bajando el nivel. Ni tele, ni cuarto de baño, ni casi enchufes (importantísimo viajar con una base para conectar todos los gadgets que llevamos). Internet 5€ al día y no puedo conectar más de un dispositivo. me instalo, dejo las cosas, me hago un bocata y a la ciudad. No hay tregua.
El eurohostel está muy cerca del centro. Hay un paseo de 10' hasta el mercado del pescado así que vpy andando.
Me entretengo con la iglesia ortodoxa que me viene de camino. Es de color rojo oscuro y está tan nublado que casi no hay luz, así que hoy no será un gran día para las fotos. La iglesia ortodoxa tiene 12 torres, un por cada apóstol.
Casi 100 años de ocupación rusa han dado a Helsinki una arquitectura muy característica y muy diferente del resto de las ciudades escandinavas. Con muchos de edificios de estilo Art Nouveau.
Luego bajo hasta el mercadillo que está bajo mínimos, ¡y son casi las 12! ¡Qué distinto al verano!
En el mercado de pescado se puede comer barato. Yo aprovecho para comprar souvenir que, como sospechaba, son mucho más baratos que en el norte.
El mercado está bajo mínimos. Nada que ver con el bullicio que hay en verano. Hay muy pocas paradas.
Un poco más allás está el auténtico mercado, el tradicional, donde están las delicatesen.
Es un edificio precioso y muy parecido a los que he encontrado en otras ciudades. Aquí aprovecho y me pido una rebanada con salmón marinado con salsa de mostaza a la miel.
Parada en Kapelli, la cafetería más famosa, selecta y exclusiva de helsinki. Donde un té cuesta 2,75€, aunque la empleada estaba empeñada en que probase algo parecido a una ginebra con arándanos. Visto lo visto tampoco lo encuentro tan caro. Los pasteles ya son otra cosa.
Está lleno de mujeres muy guapas, sofísticadas y ociosas, muchas de las cuales son rusas (distingo perfectamente el ruso). Apenas hay hombres, supongo que la hora es lo que lo determina. Algunas me miran con curiosidad, no sé si porque tengo el día guapo, por lo exótico o porque se preguntan quién demonios me habrá dejado entrar. Sería algo así como las pastelerías de la diagonal a la hora del té.
Con las fuerzas ya recuperadas paso junto a la estatua de Havis Amanda y voy al siguiente destino típico, la iglesia luterana, mandada construir por el zar como todo el centro.
Unas escalinatas tremendas por su longitud e inclinación y encima de todo una iglesia blanquísima que domina el puerto de Helsinki. Abajo, en la plaza, la estatua del zar Alejandro.
Es tan grande la plaza y las escaleras que por muchos turistas que haya parece vacía.
El interior de la iglesia es austero, como corresponde a la doctrina en la que se sustenta.
De allí, en el tranvía 3 y a través de la calle de Alejandro o Alexanderinkatu, llego a la famosa estación del ferrocarril, hecha en granito, diseñada en 1909 por Eliel Saarinen y abierta en 1919, y que causó una gran controversia suponiendo el paso del romanticismo nacional (al que representa) al funcionalismo.
Flanqueada por 4 gigantes de piedra que aguantan un orbe luminoso cada uno. He leído que son "los portadores de la luz de la industrialización y el progreso".
Junto a la estación está la estación de autobuses locales y al lado, el plaza Rautatientori, el teatro nacional finlandés (Suomen Kansallisteatteri). El que está sentado frente a él con aspecto melancólico es el escritor nacional de Finlandia Aleksis Kivi. He leído que murió a los 38 años completamente loco y que sus últimas palabras fueron "¡Estoy vivo!".
Justo frente al teatro, al otro lado de laplaza está el Ateneum con el Valtion Taidemuseo, imprescindible para los amantes de la pintura. Estuve en el 2009 y me encantó.
Me sumerjo en las galerías frente a la estación, tan habituales aquí para no tener que caminar por el exterior en invierno. El ir de escaparates no es muy habitual aquí, casi todo está o es accesible bajo techo o bajo tierra. Como si los escaparates estuviesen en el centro de la manzana de casas, a cubierto, y no en exterior.
Las paradas de metro te dejan, si salir a la calle, frente a la entrada subterránea de los grandes almacenes.
Caminando llego hasta el teatro sueco, que como su nombre indica es un teatro de habla sueca. Fue el primer teatro de Helsinki (1827), bastante pequeño, acorde a la época en que se construyó. Está situado al final de Explanadi, el paseo de Helsinki.
Bajo por ella de nuevo en dirección al Hostel aprovechando para comprar los últimos souvenirs en las muchas tiendas que hay y dando un último vistazo a Kapelli.
Será la primera siesta que hago desde que que empecé el recorrido (normalmente la hago cada día). En los viajes siempre hay alguno o algunos días en los que perreo, dependiendo ello de la intensidad y duración del viaje. Básicamente es porque no puedo más y necesito recuperar fuerzas. Además, patearse una ciudad puede resultar agotador y si ya vienes cansado te remata.
Eurohostel
Si las condiciones de luz no permiten hacer fotos de día pues hay que cambiar el chip y hacerlas por la noche. ¿Qué llueve? ¡Pues mejor! El suelo brilla y provoca reflejos interesantes. repito el recorrido de la mañana y ahora si que las fotos valen la pena y es que tengo una bestia de cámara para este tipo de fotos.
No hace falta ni trípode, aunque tampoco estaría de más.
La iglesia ortodoxa es especialmente bonita de noche. Son las 11 de la noche pero las calles están ya practicamente vacías por esta zona.
Me dirijo hacia la plaza del mercado ahora desierta
El Nikolai II es un barco restaurante junto al antiguo mercado.
Kapelli sigue espléndido también de noche.
La iglesia luterana también está espléndida aunque la plaza está poco iluminada.
Otro de los puntos calientes fotográficos es la estación de tren por la noche. Los globos que sujetan los 4 guardianes están encendidos, aunque precisamente hoy había uno fundido. En el exterior hay gente de todo tipo, como en todas las estaciones europeas, pero son menos amenazadoras que en las estaciones del sur de Europa, hay menos depredadores y la gente pasea tranquilamente. Incluso parece un sitio de encuentro para ir de marcha por el centro, recordemos que la estación de autobuses locales que une Helsinki con la gran cantidad de pequeños núcleos urbanos que la rodean está justo al lado.
La sobria calidez del interior también es digna de ser fotografiada y hay mucha menos gente que durante el día.
Cerca de la estación está Manehermite, una de las arterias principales junto con Alexanderinkatu. Me da la impresión de que es el centro de negocios aunque también hay tiendas y grandes almacenes.
La lluvia es bastante molesta e intento tapar la cámara con mi gorro ruso y limpiar las gotas del objetivo continuamente. Necesito un cubre cámaras para estos países y un trípode, a pesar de las bondades de mi cámara, para asegurar y mejorar las fotos.
Es viernes noche y me he recorrido todo el centro y animación, la que veis a la entrada de este pub. Está claro que, o no es la zona o no es el día o no es la hora.
Los tres herreros (1932). El herrero que levanta el martillo es el autorerrato del autor Félix Nylund.
El svenska teatern es más bonito de noche que de día. Parece que hoy hay función.
Ultimo vistazo a Manehermite.
Y contento y cansado, muy cansado y mojado vuelvo al hostel y a dormir.